Un proverbio turco
que reza así: El agua corre, la arena queda, el hombre muere, pero el nombre
queda. Nuestras acciones presentes
quedaran como un legado para nuestras generaciones futuras.
Actúe de manera
desinteresada, altruista, busque el bienestar de los otros.
Cuide su
reputación a través de sus actos. Con
frecuencia no damos las importancia al poder de un abrazo, de una palmada en el
hombro, de una sonrisa sincera, de una palabra de aliento.
Más todos esos
detalles tienen el mágico poder de cambiar su vida o la de los demás, de darle
un gran giro, hacerla feliz y que su nombre quede allí.
Todas las personas
llegan a nuestras vidas por una razón, bien sea por un tiempo…o se quedan para
toda la vida.
De esta manera,
los recibimos a todos y compartimos lo mejor de ellos, y quedan las enseñanzas
y añoranzas de cada uno.
Por eso les
aconsejo vivan su vida lo mejor que puedan, aprovechen los buenos momentos de
calidad que atesoraremos por siempre en el corazón, y así quedaran en nuestras
Vidas.
Lic. Brigitt de
Sánchez
CNP 16616
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