Es la capacidad de relacionarse con otras
personas, de forma positiva, una persona con “don de gente” sabe que el punto no está
en lo que dice, sino cómo lo dices, y en lo que haces sentir a quien te
escucha. Es la persona carismática, que te hace querer prestarle atención e
intentar entender lo que quiere explicar. La que recibes con alegría porque
sabes que valdrá la pena tu tiempo.
Aunque se supone que quien domina
el concepto se gana el afecto.
Se requiere algo más. Se necesita mostrar benevolencia, hacer bien,
combinar buenas palabras con mejores obras, amar para ser amado.
La simpática cortesía es el hechizo de los grandes políticos.
Es ser asertivo, es lograr esa estrategia de comunicación de ser oído y entendido con libertad logrando que la opinión se exprese de manera clara y libre.
Se requiere algo más. Se necesita mostrar benevolencia, hacer bien,
combinar buenas palabras con mejores obras, amar para ser amado.
La simpática cortesía es el hechizo de los grandes políticos.
Es ser asertivo, es lograr esa estrategia de comunicación de ser oído y entendido con libertad logrando que la opinión se exprese de manera clara y libre.
Tener Don
de Gente no es fácil, no se puede fingir porque se nota enseguida, eso nace con
la persona.
Una persona con don de gentes te mirará a los ojos,
caminará en postura erguida y procurará sonreír, aunque sea una sonrisa
pequeña. Esto da la imagen de seguridad, de saber lo que se hace y de prestarle
toda tu atención a la persona con la que estás. De esta manera, conforme la
persona con la que hables te vea y escuche, reafirmarás la idea que quieres
ayudarle, que eres de confianza y que sabes lo que haces. Esto es parte de
tener don de gentes, pero solo no basta, claro.
Si realmente te
gustaría poseer ese Don, sencillamente practique un poco, pero como les digo
eso nace del corazón.
Lic. Brigitt de
Sánchez
CNP 16616
@palabrasmagicasdelaradio
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