Nunca me imaginé que esta época llegaría a ser tan adelantada, convirtiéndose extremadamente fría. Y lo digo, por la discusión que se está cuestionando sobre el tema del libro tradicional o el electrónico. Todavía recuerdo cuando en bachillerato llevaba de la mano el libro de algún autor venezolano o cualquier otro bestseller que estuviera de moda, ¡y lo grande que era llevar ese libro como una cartera de sobre!
¡Cuántas flores alojaban sus hojas! Ya que su grosor aplastaba suavemente los frágiles pétalos de esa flor, que algún admirador nos regalaba.
¿Y quién no recuerda los bellos separadores de los cuales competíamos entre sí?
Pero la era de la tinta electrónica nos invade. El libro electrónico no deja de ser una computadora, con un peso y dimensión de un libro de tamaño medio. Pero no es como el libro tradicional, el libro electrónico tiene botones con una pantalla, y no es accesible para el bolsillo de cada persona.
Hoy en día, todo es cuestión de negocios, pero éste va a costar mucho para que llegue a conquistarnos.
Entonces, ¿dónde va a guardar las flores que recibe o el papelito del chocolate que se comió con su adorado tormento? ¿En el libro tradicional o en el libro electrónico?
De Ud. depende que las hermosas costumbres de ayer, sigan perdurando en estos tiempos, sin dejar de lado las bondades que nos ofrece esta nueva tecnología.
LIC. BRIGITT DE SÁNCHEZ
CNP 16616
Imágen extraída de la pag
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