sábado, 21 de febrero de 2015

LOS TIEMPOS DE CAMBIO.

Cuando se acercan las fechas navideñas, lo primero que la mayoría de las personas piensan es en los regalos, la ropa nueva y las fiestas, pero todo ese agite nos lleva a recapacitar que los recuerdos son nuestros verdaderos regalos sentimentales que llevaremos por siempre en nuestros corazones.
Recuerdo que mis navidades cuando era una niña, era arreglar la casa con un simple adorno en la puerta, no teníamos arbolito, sino una raíz de un árbol que decoraba mi hermano pequeño, mi mamá hacía un hermoso nacimiento que aún conservamos, ella también hacía una rica ensalada de gallina, y bailábamos al son del último disco de la billos caracas boys, probé las hallacas más ricas de los amigos y vecinos y esperé con la mayor ilusión al niño Jesús.
Luces y unión familiar decoraron mis navidades, dejando un legado de hermosos y sencillos recuerdos que alegran el alma y a la vez llenándola de nostalgia.
Algunas luces han dejado de encenderse, amigos que se han mudado, y seres queridos como mis padres, que nos iluminan desde el cielo, en unas hermosas estrellas en el firmamento.
Ante estos tiempos de cambios, les pido que algo se mantenga: alumbremos nuestras navidades con la luz imperecedera de Dios, a través de la unión familiar, creando de esta manera, el verdadero recurso vital del amor.

Lic. Brigitt de Sánchez

Cnp 16616

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