Un día,
caminando por la sierra, disfrutando del paisaje y del descanso del fin de
semana, encontré algo que la naturaleza solo puede hacer: una pequeña higuera
creciendo en una piedra.
Me llamó
poderosamente la atención el nacimiento de este árbol frutal en un medio tan
hostil, diferente al tradicional, y todo esto lo relacioné con la disposición
que tiene cada ser humano al afrontar en esta vida tantas dificultades.
Cuando veía la
higuera creciendo en la roca, paralelamente me acordaba de mucha gente que he
escuchado, a lo largo de mi vida, decir estar deprimida, con problemas, que no
podían salir adelante o con falta de tiempo para realizar un trabajo interior
por no estar en un medio adecuado.
La higuera en la
piedra me hizo pensar en todas aquellas personas que no supieron adaptarse al
medio ambiente y sucumbieron ante las adversidades de la vida, y que ni
siquiera entendieron el porqué de su paso por la vida.
Muchos
pensamientos, de una manera intuitiva, me pasaron por la cabeza; me alegraba
cuando veía esta higuera cumpliendo con su misión en la tierra... CRECER A
PESAR DE TODO.
Todo ello me llevó
a esta reflexión; que sólo me reafirmaba lo que ya sabía, que no importa el
medio en que uno viva, o en qué familia ha nacido, si nació en el primer mundo o
en el último, si tiene problemas o no. La vida tiene muchas facetas, y
nosotros, al igual que nuestra amiga la higuera, sólo tenemos que crecer a
pesar de los obstáculos, aprender y crecer espiritualmente.
Lic. Brigitt de Sánchez
Cnp 16616
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