Un simple
pero bien sonoro saludo como ¡buenos días!, ¿qué tal?, ¡hola! ¡Épa vale!, es el
antídoto para cualquier tensión e incluso puede llegar a ser útil para
cualquier cosa que uno pueda necesitar.
Mi experiencia me
dice que saludar me hace diferente, con quien sea y donde quiera que esté.
Dicen que quien
pega primero, pega dos veces. Bueno esto es una regla máxima para el boxeo, les
digo que no solo aplica al ataque, sino también al bienestar emocional que
deriva la cortesía.
Los psicólogos
señalan que la función social que cumple el saludo es la base del intercambio
humano.
Hoy en día, las
personas viven distraídas, están llenos de estímulos que la tecnología los
invade, se desconectan de una manera que ustedes pueden observar en los centros
comerciales y hasta en las calles de nuestra ciudad caminando cabizbajos
mirando al celular u oyendo música con los audífonos. Estas personas están
gritándole al mundo que no son amistosos.
Por favor:
saluden, y efectivamente estarán contribuyendo a crear una atmósfera más
amigable y feliz.
Debemos luchar por
un mundo mejor, y como explican las reglas de cortesía para saludar: ¡quítese
los guantes y sonría!
Lic. Brigitt de Sánchez
Cnp 16616
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